✠ UN DESASTRE EN LA OSMTJ ✠
El Brigadier General (r) Ronald Mangum inició su carrera templaria en la OSMTH, bajo las órdenes de Fernando de Sousa Fontes, con quien mantuvo cierta empatía hasta que comenzó a ganar notoriedad dentro de aquella seudo orden, llegando incluso a ocupar el cargo de Gran Prior de Austria. Su investidura, sin embargo, fue irregular y terminaría dando un giro al incorporarse posteriormente a la OSMTJ.
Expulsado de la “OSMTH-Porto” tras haber sido disidente de la “OSMTH-NATO” —donde ocupó el cargo de Gran Mariscal—, Mangum fue recibido de manera sospechosa por el Regente de la OSMTJ, Dr. Nicolas Haimovici Hastier, quien lo integró a su Consejo de Regencia. En ese tiempo, la OSMTJ atravesaba un período de decadencia, precisamente por la perpetuación de Haimovici en el poder, convertido en un autócrata similar a Fontes.
Gracias a la cercanía con Haimovici, Mangum fue nombrado Gran Canciller. Con el apoyo del Gran Prior de Estados Unidos, Timothy Bryan Jones, logró manipular al Regente para convocar elecciones en enero de 2020. Aunque oficialmente se presentaba a otro candidato, el verdadero propósito era entronizar a Mangum, quien resultó elegido, mientras Haimovici recibía el título de Regente Emérito como premio de consolación.
Desde el inicio, aquella elección fue cuestionada por manipulación. El mismo Timothy Bryan Jones lo reconoció más tarde, cuando en febrero de 2022 intentó un golpe interno para restituir a Haimovici. Descubierto junto al Gran Prior del Líbano, Phillip Matta, ambos fundaron un brazo disidente de la OSMTJ y proclamaron como Gran Maestre a José Luis Martínez, un individuo sin formación ni méritos, cuya gestión culminó en escándalo. En 2023, bajo los efectos del alcohol, Martínez agredió físicamente a una colaboradora en Portugal, hecho que derivó en un proceso criminal. Murió el 20 de enero de 2024, y su grupo marginal eligió poco después como sucesor a Vincenzo Tuccillo Iodice, un personaje sin credenciales honorables, confirmando la deriva ridícula de aquella facción.
Simultáneamente, Mangum había buscado integrar a templarios de otras ramas. En 2019 se unieron a la OSMTJ figuras como Michael Mifsud Canilla —antiguo Lugarteniente de Fontes— y Javier Miguel Gámez Vizcaíno, Prior General de Colombia de la OSMTHU, junto a un importante bloque latinoamericano. Sin embargo, Mangum marginó deliberadamente a Mifsud, uno de los templarios más antiguos y eruditos, por temor a ser opacado. Mifsud, políglota y profundo investigador del Temple medieval, había aportado descubrimientos valiosos sobre la tradición esotérica templaria, pero fue relegado injustamente.
Posteriormente, Mangum cometió otro grave error al firmar, sin autorización del Consejo Magistral, un acuerdo de mutuo reconocimiento con Albino Neves de la OSMTH, validando así una rama ilegítima. También suscribió la Carta de Transmisión de Larmenius en 2021, declarando su autenticidad como fuente de legitimidad, pese a que está históricamente probada como apócrifa.
No conforme, firmó un tratado con la “OSTI – Orden Soberana del Templo Iniciático”, fundada en bases rosacrucistas y pitagóricas, ajenas al cristianismo. Esta decisión puso a la OSMTJ bajo la sombra de una herejía incompatible con la fe templaria. Paralelamente, permitió la creciente infiltración masónica, de la cual él mismo participaba.
Finalmente, el 8 de mayo de 2023, Mangum anunció el cambio del nombre histórico de la “Ordre Souverain et Militaire du Temple de Jerusalem” a “Ordre du Temple de Jerusalem” (OTJ), eliminando las condiciones de soberanía y militaridad, pilares esenciales de la identidad templaria. Con ello, redujo la Orden a una simple asociación civil. Además, adoptó como escudo de armas su propio blasón personal, en lugar de la heráldica tradicional de la Orden.
Este acto fue repudiado por los Grandes Priores de Colombia, Costa Rica, España, México y Perú, reunidos en la Asamblea Templaria Iberoamericana. Le exigieron rectificar, recordándole los sacrificios históricos de los templarios que habían ganado reconocimiento ante reyes y emperadores. La respuesta de Mangum, sin embargo, fue lapidaria: “OSMTJ is no longer an honored name” (“La OSMTJ ya no es un nombre de honor”). Con estas palabras, no solo repudió el nombre de la Orden, sino que también renunció a su tradición, demostrando que había abandonado la obediencia legítima para crear su propia seudo orden sin continuidad con la historia templaria.
En un gesto descarado, Mangum incluso expulsó a los Grandes Priores que habían defendido la legitimidad de la OSMTJ, a pesar de que él mismo ya había renegado de la Orden. Cabe señalar que jamás registró legalmente la OSMTJ en ningún país, por lo que carecía de representación formal. En contraste, los Prioratos de la Asamblea Templaria Iberoamericana sí mantienen registros oficiales en varias naciones, como Colombia y Perú.
En conclusión, la gestión de Ronald Mangum dejó a la OSMTJ en crisis, debilitada por divisiones, infiltraciones y herejías, mientras que el Temple legítimo continuó vivo gracias a quienes permanecieron fieles a su esencia: la fe cristiana, la disciplina caballeresca y el honor templario.
