✠ EL GRAN MAESTRE ANTOINE ZDROJEWSKI Y LA OSMTJ ✠
Luego de su elección en septiembre de 1970, y vista la reacción de Fernando de Sousa Fontes, el nuevo y legítimo Gran Maestre Antoine Zdrojewski intentó por varias vías llegar a algún punto de conciliación, a pesar de que Fontes había intentado infructuosamente anular el resultado de la elección e incluso lo había “expulsado”, aunque no se sabía de qué ni de dónde, ya que Fontes ya no pertenecía a la OSMTJ. Zdrojewski, por su parte, nunca formó parte de la OSMTH. Esta misma artimaña se repetiría más de cincuenta años después cuando el ex Gran Maestre de la OSMTJ, Ronald Scott Mangum, al abandonar la Orden y ante la negativa de varios Grandes Priores de seguir su ruta delirante para crear la OTJ, procedió también a “expulsarlos”, sin jamás haber tenido autoridad en esa organización.
Una de las vías conciliatorias emprendidas por Zdrojewski fue a través de Alfredo Zapelli, banquero y asesor financiero, Gran Prior del Priorato Autónomo de Suiza desde 1967 hasta mediados de los años 90. Zapelli buscó congraciarse con ambos bandos, lo que ocasionó su enfrentamiento con Zdrojewski, experto en tratar con dobles agentes. Finalmente fue expulsado en 1971, aunque reincorporado tiempo después, cuando renegó públicamente de Fontes.
El 22 de febrero de 1971, Zdrojewski convocó un Gran Consejo en París, en Richelieu I, con todos los Grandes Prioratos miembros. La primera moción aprobada fue un decreto que despojaba a Fontes y a sus seguidores de todos sus títulos y rangos, prohibiéndoles usar los mantos e insignias del Temple. La razón: no habían respetado la jerarquía ni las reglas de sucesión, infringiendo la disciplina de la Orden. Sin embargo, el error fue no haber llevado a cabo un juicio público, lo que restó valor a la decisión. Además, a Fontes no se le revocó su condición de Caballero ni la de Gran Prior de Portugal, pues se consideraba que estos títulos los había recibido legítimamente de su padre, Dom Antonio. Este vacío legal le permitió a Fontes seguir actuando con impunidad y levantar su seudo orden, la llamada “OSMTH”.
De este cisma quedaron en pie dos ramas: la legítima OSMTJ, liderada por Zdrojewski, y la ilegítima OSMTH, también llamada “OSMTH-Regency” o “OSMTH (Porto)”. A finales de 1973, Zdrojewski reorganizó la OSMTJ y reformó los Estatutos, reafirmando la independencia de la Federación Internacional de Grandes Prioratos Autónomos. Suiza, con Zapelli, aceptó los nuevos estatutos en 1973; Bélgica y Estados Unidos lo hicieron en 1975.
En Francia, mientras tanto, el magisterio templario se instaló en un clima complejo. Tras los disturbios universitarios y sindicales de 1968, el gobierno de Charles de Gaulle recurrió al Service d’Action Civique (SAC), una organización paraestatal de inteligencia contra el comunismo. Muchos de sus miembros eran también templarios, vinculados a la defensa de la cultura cristiana occidental.
Sin embargo, escándalos como el de las escuchas telefónicas del periódico Canard Enchaîné en 1973, atribuidas al DST (Dirección de Vigilancia del Territorio), y la posterior revelación de documentos que relacionaban al SAC con planes de represión masiva, deterioraron la imagen pública. El diario Libération publicó notas que vinculaban al SAC con operaciones ilegales. Estas prácticas afectaron también a la OSMTJ, pues varios de sus miembros estaban ligados a dichas estructuras.
El Coronel Moreau de Ferraz, miembro de la SDECE (Servicio de Documentación Exterior y Contraespionaje) y Teniente General de la OSMTJ para Europa, estuvo implicado en manejos de fondos ocultos destinados a operaciones encubiertas: tráfico de armas, drogas, atentados y asesinatos. En Alemania, Fred Scheuermann, exoficial de la Abwehr nazi, era Gran Prior, vinculado al BND (el servicio secreto alemán creado por Reinhard Gehlen). Incluso Sousa Fontes fue señalado como exagente de la policía política portuguesa (PIDE).
Zdrojewski nombró a Charly Lascorz, miembro del SAC, como encargado de misión, y la sede de la OSMTJ se ubicó en las instalaciones de la empresa ETEC, que emitió irregularmente “pasaportes diplomáticos” para miembros del SAC. El 10 de diciembre de 1972 la Policía Judicial allanó dichas instalaciones y arrestó a seis personas, acusadas de corrupción, chantaje y extorsión. La prensa consideró la ETEC una fachada para operaciones ilícitas del SAC.
Aunque Zdrojewski nunca fue implicado directamente, la presión interna y externa por la vinculación de sus colaboradores afectó al Temple francés. A finales de 1973, Zdrojewski reformó nuevamente la OSMTJ, reafirmando la independencia de los Prioratos. En 1983, el Convento Internacional aprobó la incorporación de las Damas Templarias.
Entre sus colaboradores más influyentes estuvo Georges Lamirand, ingeniero y político francés, Gran Prior de Francia y luego Gran Senescal. A pesar de su pasado en el gobierno de Vichy, Lamirand se integró plenamente en la Orden. En 1986, Zdrojewski lo designó su sucesor mediante Carta de Transmisión. Tras la muerte de Zdrojewski en 1989, Lamirand fue elegido Gran Maestre, aunque la actividad pública de la OSMTJ en Francia disminuyó durante décadas.
Muchos Prioratos, sin embargo, aprovecharon la crisis para unirse a Fontes, reforzando la ilegitimidad de su facción. En Bélgica, Georges Bodart y luego Michel Van Der Stock jugaron un doble papel, manteniendo vínculos tanto con la OSMTJ como con la OSMTH. Van Der Stock, acusado de abusos de autoridad, fue expulsado, pero en 2004 se proclamó “Gran Maestre” en Italia, dando origen a un grupo marginal sin legitimidad.
Posteriormente, el Dr. Nicolas Haimovici Hastier, médico y cirujano de prestigio internacional, asumió roles clave en la Orden. Sin embargo, su condición de masón de alto grado contaminó gravemente la OSMTJ, llegando a permitir prioratos masónicos en Bélgica y fusionando rituales templarios con prácticas rosacruces y francmasónicas. Estas desviaciones fueron contrarias al cristianismo y a los fundamentos templarios, debilitando la integridad de la Orden.
Haimovici, junto con Mangum, compartían vínculos militares y masónicos en Estados Unidos. Ambos fueron responsables de herejías que alejaron a la OSMTJ de sus raíces. Mangum, destituido deshonrosamente, terminó repudiando la Orden, dejando una huella de división y descrédito.
Así, la historia reciente muestra cómo, pese a la legitimidad de Zdrojewski y su transmisión a Lamirand, las infiltraciones, escándalos y herejías posteriores colocaron al Temple moderno en una situación crítica, amenazando con romper su tradición y desligarlo de su verdadero legado medieval.
